Capítulo 1136
Capitulo 1136
Fabio no le prestó atención a Ludovica pues su preocupación era Fernanda, quien yacia en el suelo. Inmediatamente se acercó para revisar sus heridas y después de asegurarse de que no tenia lesiones externas graves, pudo respirar aliviado.
Fabio preguntó con voz baja “¿Es necesario que siempre me preocupes de esta manera para estar contenta?”
“Esta vez no fue a propósito.
Ludovica, observando la interacción entre Fabio y Fernanda, se sentia como si fuera el objeto de una broma cruel
Fabio, Fernanda, nunca podrán saber de mi boca quién está detrás de todo esto
Con una risa miserable, Ludovica dio un paso atrás, apoyándose en el barandal del corredor y con un leve empujón hacia atrás, cayó desde la altura del quinto piso.
Bang!
Aloir el ruido, Oriol, que buscaba a Femanda, no pudo evitar mirar hacia abajo y vio a Ludovica tendida en un charco de sangre, cubierta de pies a cabeza con ella.
Esta escena hizo que Oriol pensara en Catalina.
Catalina habia muerto de la misma manera.
Quizás para ellas, el suicidio parecía una forma de obtener un poco de ampentimiento y cariño del hombre que amaban.
Pero la realidad era el desprecio cruel.
Porque ellas no valoraban sus propias vidas, alguien que no se respeta a sí mismo, ¿cómo podia esperar compasión de los demás?
“Ah!” NôvelDrama.Org (C) content.
De repente, la voz de una mujer resond, y Oriol funció el ceño al ver que uno de los hombres de Pascual traia a Mercedes: “Jefe! Esta mujer me parece muy sospechosa.*
“¿Quién dice que soy sospechosa? ¡Cómo te atreves a detenerme! ¡Soy la señorita de la familia Parra!”
Mercedes, pálida, se soltó del hombre que la sujetaba. El hombre miró a Pascual, quien finalmente le indicó que la dejara ir.
Al ver a Mercedes, Oriol la tomó de los hombros, con un rostro sombrio preguntó: “¿Dónde está Fernanda? ¿Dónde está?”
“Sueltame
Mercedes lo empujó y, en un reflejo, le dio una bofetada a Oriol.
La mejilla de Oriol se enrojeció de inmediato, y Pascual, sorprendido, exclamó; Jefer
Oriol, conteniendo su ira y con las venas del cuello marcadas, le dijo a Mercedes apretándole el cuello: “Ya he tenido suficiente de til No me provoques! ¡Te mataria como quien aplasta una hormiga!”
Mercedes nunca habla visto a Oriol as y se asusto. Su rostro se puso pálido, y aunque le costaba respirar, logro decir entrecortadamente: “Salva… salva a Fernanda ”
Al escuchar el nombre de Fernanda, Oriol reaccionó y soltó a Mercedes, quien pudo al fin respirar. Tosia, tratando de recuperarse.
Por primera vez, Mercedes no se habla enfurecido por la groseria de Oriol. Ansiosa, dijo: “Desde que subi al segundo piso y pasaron veinte minutos. perdi de vista a Fernanda. ¡Debes buscarla! ¿Acaso no controlas San Cristóbal No? ¡Cómo es posible que no puedas encontrarla
“¿Subiste al segundo piso? Explicame bien! ¿Cuándo desapareció? ¿Por qué se separaron?”
Oriol queria saberlo todo. Mercedes, nerviosa, respondió: “Tan pronto entramos, Ludovica propuso jugar a los de cazadores donde nos perseguían y mataban. Nos hizo perseguir a Fernanda.
Fernanda se dio cuenta de que algo andaba mal y me llevó a esconderme. Me dijo que la esperara en un lugar seguro del segundo piso, pero no pude encontrarla. Habla gritos por todas partes, yo también tenia miedo de hacer ruido… ¿Qué esperabas que hiciera? (Ya te lo he dicho todol Vey- encuentrala!”