Chapter 629
Chapter 629
Capítulo629
–Entonces, ¿vamos a dormir? – Rodrigo preguntó de manera bastante despreocupada.
Después de hacer la pregunta, comenzó a arrepentirse.
-No estoy cansada- Noa finalmente habló débilmente. -Quiero quedarme tranquila por un rato.
-Entonces, estaré contigo-Rodrigo bajó su mano, acariciando con ternura la cálida nuca de Noa,
sus ojos llenos de ternura a punto de desbordarse. -Si no quieres dormir, no dormiré. Si piensas
que te molesto, no diré ni una palabra, me quedaré aquí contigo. Y si en algún momento tienes sed
o hambre, siempre debería haber alguien aquí para hacerte un té o traerte agua, ¿verdad? Exclusive © content by N(ô)ve/l/Drama.Org.
-¿Y si no quiero dormir en toda la noche?
-Te acompañaré toda la noche.
-En ese caso, no es necesario. Ve tú a dormir-Noa nunca levantó la cabeza, su voz suave
motivándolo a hacerlo.
–
Un sabor amargo se extendió en el fondo del corazón de Rodrigo, su respiración se volvió pesada. –
Bien, si no quieres, entonces me iré.
Dicho esto, el hombre se movió para levantarse.
En ese momento, Noa de repente agarró su brazo con la mano, sus dedos lo apretaron cada vez más
fuerte, y su respiración se volvió más fuerte.
-Noa? la sorpresa llenó los ojos de Rodrigo.
–
-No te vayas, Rodrigo- Noa levantó là cabeza lentamente, sus labios temblando, su rostro
adorable como una bola de algodón llena de lágrimas. -Menti. Me equivoqué. Quiero que te quedes
conmigo, Rodrigo, quiero que estés a mi lado.
Rodrigo sintió un nudo en la garganta, usó sus dedos para secar sus lágrimas suavemente. -No me
iré, nunca pensé en irme, solo te estaba molestando. Me quedaré a tu lado.
Noa se arrodilló en la cama, mirándolo con lágrimas en los ojos, parecía una pequeña gata, tanto
lamentable como tentadora.
-Rodrigo, abrázame, por favor.
Rodrigo inmediatamente se sonrojó, incapaz de reprimir el amor que estaba a punto de
desbordarse, y la abrazó fuerte y apasionadamente.
Respiraron profundamente, abrazándose muy fuertemente.
-Está bien, ahora estoy abrazada.
-Más fuerte- dijo ella.
-Bien-Rodrigo acercó aún más sus brazos, su gran mano acariciando su espalda temblorosa.
Casi desearía poder meterte dentro de mí, Noa.
Bajo la luz de la lámpara, las dos figuras se abrazaron amorosamente, como si uno estuviera dentro
del otro.
No se sabía cuánto tiempo habían estado abrazados, pero finalmente Noa comenzó a sentirse
somnolienta.
Rodrigo se subió a la cama y los dos se acostaron juntos, tan natural como una pareja recién
casada.
Noa apoyó su cabeza en el sólido brazo de Rodrigo, con su pequeña cara enterrada en su pecho,
sollozó dos veces y cerró los ojos.
-Noa, ¿puedo hacerte una pregunta? – Rodrigo sostenia su hombro, acariciando su brazo
suavemente.
–
-¿Te gusto? Rodrigo preguntó, y en el momento en que lo dijo, su corazón latió fuertemente.