Capítulo 180
Capítulo 180
Capítulo180
Estas bromeando?– Beatriz ardía de ira, su sonrisa en el rostro sé volvió más rígida -Este Belonging to NôvelDrama.Org.
cuadro lo compré en la casa de subastas Rodriguez, ¿cómo podria ser una falsificación?
Una frase que implicó a Rodríguez también.
Rodrigo no pudo evitar refr fríamente: -Beatriz, parece que rara vez asistes a subastas y no
conoces el mercado de subastas, ¿verdad? Nuestra casa de subastas Rodriguez es la más grande
del país. Los artículos que aceptamos son cuidadosamente seleccionados y evaluados. No puede
haber falsificaciones. No importa si tú no puedes reconocerlo, no arruines la reputación de nuestra
familia Rodríguez
Alejandro frunció el ceño ligeramente.
Recordó aquel evento de subasta benéfica en el que Irene indujo a Beatriz a comprar esta
imitación a diez veces su precio, aquella leve curva en sus labios, aquella sonrisa impredecible. 1
¿Acaso ella ya lo sabía? ¿Sabía que Beatriz le regalaría este cuadro a su abuelo?
¿Fue una coincidencia o Irene planeó esto desde el principio, utilizando a Beatriz?
-Beatriz, una falsificación no es lo mismo que una imitación.
En ese momento, otro experto en tasación se levantó para hablar en defensa de Rodríguez. –
Algunas obras de arte pueden ser imitaciones pero aun así ser auténticas antigüedades. Si es una
imitación de alta calidad, aún puede venderse a un precio elevado. Sin embargo, en este caso, la
calidad de la pintura es un poco inferior, de lo contrario, no habría notado el problema de
inmediato.
-¡No puede ser una imitación! ¡Pagué diez millones por ella en la subasta!– Beatriz exclamó con
desesperación, su rostro palideciendo.
¡Diez millones! ¿Cómo era posible que solo obtuviera una falsificación?
El sonido de risas resonó a su alrededor.
Leona se escondió en la multitud, se cubrió la boca para evitar reírse a carcajadas.
¡Qué rápido se le dio la vuelta a la situación! (1
-Diez millones, ¿verdad? Esta pintura no vale más de un millón, Beatriz. Si estás dispuesta a pagar
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+15 BONOS
El cerebro de Beatriz retumbaba, su vista se oscureció.
Incluso Ema no pudo soportarlo más, sintió vergüenza y apartó la mirada, sin tener la más minima
intención de defender a su sobrina, que siempre arruinaba las cosas.
Dejémoslo así, sin importar su valor, esto es un gesto de Beatriz–aunque Fernando no pensaba
mucho de Beatriz, al final era un mayor y no iba a discutir por un cuadro. Entonces dijo
suavemente–Adrián, trae el cuadro aquí.
Irene! ¿Qué te he hecho? ¿Por qué me estás haciendo esto?-de repente Beatriz, con los ojos
enrojecidos, miró a Clara y lanzó preguntas agudas y enfurecidas. Después de ser burlada y
maltratada desde el banquete de cumpleaños, finalmente no pudo contenerse más.
Todos quedaron perplejos y miraron a Clara. Clara frunció ligeramente las cejas y pestañeó
inocentemente con sus claros ojos: -¿Yo te he hecho algo, Beatriz? Realmente no sé de qué estás
hablando.
Diego y Rodrigo quedaron sorprendidos. Clara actuaba como si fuera inocente y no supiera nada al
respecto.
-¡Fuiste tú quien me engañó! Si no fuera por ti, ¿cómo podría haber gastado diez millones en esta
falsificación? ¡Todo es por tu culpa!-Beatriz señaló directamente a la cara de Clara mientras fingia
ser inocente, su garganta estaba tan ronca de ira. -Aunque no entienda de valoración de arte, ¡tú
definitivamente sabías que había problemas con este cuadro! Pero a pesar de eso, seguiste
aumentando el precio y me incitaste a comprar este cuadro. ¿Cómo pudiste hacer eso?
Los labios de Alejandro se apretaron pálidos y fríos mientras miraba fríamente a Clara.
-¿Incitación? ¿De qué estás hablando? ¿Cuándo te he incitado yo?-Clara parpadeó con sus ojos
claros, como si estuviera asustada.
Diego se adelantó de inmediato para defender a su hermana, con una sonrisa que ocultaba un
ligero filo: -Beatriz, la subasta es pública, todos compiten libremente según su capacidad. Si no
querías pujar, ¿Irene te obligó a comprarlo? ¿No fue todo tu propia elección?
-Irene vio que yo quería este cuadro, asi que hizo trampas y compitió maliciosamente conmigo. Si
yo hacia una oferta, ella también lo hacía. Subió el precio de un millón a nueve millones. Cuando
ofreci diez millones, de repente retiró su mano. ¿No es esto incitarme a hacer una oferta y
engañarme para comprar una falsificación a un precio elevado?-Beatriz cuestionó en voz alta.