Capítulo 180
Capítulo 180
Teresa bajó la mirada y volvió a hablar. “Ainara, Nayri realmente amaba a Renán, lo amaba mucho… ¿Podrías, por favor, por el bien de Nayri, darle a Renán otra oportunidad? Ahora él es el presidente del Grupo Hierro y el futuro del grupo depende de él, no puede tener ninguna mancha en su reputación.”
Teresa me decía todo esto para convencerme de que Renán amaba a Nayri y que yo debería darle otra oportunidad por respeto a Nayri.
“¿Por qué nunca le dijiste la verdad a Nayri? Tuviste muchas oportunidades para contárselo…“, le pregunté con la voz quebrada.
¿Rencor? Un poco, tal vez…
“Yo amaba demasiado a Nayri, la veía como a mi propia hija y deseaba con todo mi corazón que pudiéramos ser una familia de verdad. Ellos estaban comprometidos, Nayri amaba a Renán y siempre pensé que, eventualmente, él reconocería sus verdaderos sentimientos y la trataría bien, porque él sí la amaba…” Teresa parecía todavía engañarse a sí misma.
Me rei… una risa amarga mientras bajaba la cabeza y las lágrimas ardían en mis ojos.
Por un instante, sentí que todos fuimos egoístas.
Durante los años que pasé con la familia Hierro, ¿acaso Teresa no veía el daño y la violencia sutil de Renán hacia mi? ¿No notaba mi cautela y lo precario de mi situación?
Ella solo tenía que decirme que no había sido Renán quien me salvó, y yo no habría estado atada a él por una deuda de gratitud.
También tengo mi dignidad y si hubiera sabido que no había tal deuda, Renán no tendría excusa ni derecho a lastimarme.
Podía amarlo o no, mi amor era libre.
No debía estar atada a él.
Podría haber llamado a la policía cuando Renán me forzaba a hacer algo contra mi voluntad, podía haberlo hecho pagar por sus actos.
Pero me aferré a esa deuda, a esa supuesta valentía de haber corrido a través del fuego para salvarme, para que los cuerpos de mis padres no quedaran desfigurados por las llamas. Por eso soporté años de su maltrato y violencia sutil.
Y todo eso, todo, podría haberse evitado.
Teresa bien pudo haberme dicho la verdad.
Pero tanto ella como su hijo me manipularon en nombre del amor, uno temiendo que me fuera y el otro alegando que eso era lo que significaba amar.
“Sobre el salvador de Nayri, ¿sabes quién es?” Respiré hondo, miré a Teresa y lentamente junté las manos.
Si Renán no fue mi salvador, entonces no tengo ningún lazo emocional con él.
¡Él me mató, mató al hijo que llevaba en mi vientre! ¡ Yuria y él son quienes me deben!
Teresa negó con la cabeza. “Cuando llegamos, la persona ya se había ido. No había cámaras en ese puente y nadie sabía quién te había salvado. Los testigos dijeron que fue un joven. También busqué al
salvador durante años, pero nadie se presentó.” Teresa suspiró. “He estado buscando desde entonces.”
Permanecí en silencio, bajando la cabeza tranquilamente.
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Capitulo 180
“Señorita Galindo, ¿podría darle a Renán una oportunidad? Podemos resolver esto en privado…“, sugirió Teresa con voz suave, pero yo sabia que esa era su última oferta amable.
Antes de que Renán tomara las riendas de la compañia, Teresa habia sido la mano dura al mando, una mujer de acción rápida y decisiva.
“Lo siento.” Negué con la cabeza.
Renán, no cederé esta vez.
“Las acusaciones de secuestro contra Renán no son válidas. Ahora solo queda tu acusación de lesiones personales, pero tú misma no pareces herida. Podríamos elegir una mejor manera de resolver esto sin dañar la armonía entre nuestras familias.” La voz de Teresa se volvió más distante.
“El daño que él me hizo va más allá de una simple lesión personal. Él me secuestro, amenazó a mi esposo, desató su ira. No tengo tolerancia para eso.” Le respondi con voz baja pero firme.
Teresa guardó silencio por un momento, y luego puso su teléfono frente a mi, mostrando un video de Kent maltratando animales mientras vagaba, todo ensangrentado, sosteniendo en sus brazos a un gatito malherido y mutilado.
“Si la familia Linares quiere una guerra de opinión pública, pues la familia Hierro no les va a fallar en el combate,” dijo Teresa, antes de levantarse y marcharse.